ANTIGUO MUELLE SALITRERO DE LA EX COMPAÑÍA MELBOURNE CLARK
El muelle Melbourne Clark se encuentra localizado en la bahía San Jorge, en el barrio histórico de Antofagasta, a dos cuadras de la plaza de armas, y es -junto al muelle Miraflores- una de las últimas estructuras de su tipo presentes en la ciudad que date de la época del salitre.
Fue construido para dar salida al mineral proveniente de las oficinas salitreras ubicadas en el desierto, desde de Antofagasta con destino a los países que compraban salitre en grandes cantidades; recibiendo su nombre de la empresa que lo erigió a partir de 1872.
El muelle se inauguró en 1880. La obra original contaba con 198 m. de largo y 15 m. de ancho, a casi tres metros sobre el nivel del mar. Se construyó sobre rieles de acero, con madera de pino Oregón y roble americano, para hacerlo una estructura muy fuerte. Allí se cargaba el mineral en embarcaciones menores, ya que no era apto para la llegada de buques muy grandes. La creciente necesidad de transporte llevó a utilizarlo como lugar de descarga de mercadería y pasajeros que llegaban hasta la ciudad.
Parte de la relevancia histórica del ex embarcadero reside en que fue este al menos uno de los lugares en que desembarcaron las tropas chilenas el 14 de febrero de 1879, poco antes de que se desatara la Guerra del Pacífico, después de la cual la ciudad de Antofagasta quedó incorporada al territorio nacional.
El muelle fue declarado Monumento Histórico el 12 de septiembre de 1978. En la actualidad mantiene su estructura original. Sin embargo, el paso de los años, el uso y los efectos del mar lo deterioraron, produciendo algunas grietas en sus pisos y también un leve hundimiento de sus pilares. Por esta razón, el muelle fue cerrado en el año 2010, con el fin de evitar que siguiera deteriorándose.
Durante el año 2013 fueron iniciadas las obras para recuperar el muelle, en el marco del programa Legado Bicentenario del Ministerio de Obras Públicas, que lo habilitó como paseo urbano en mayo del 2015. Con la remodelación se instalaron barandas, una chaza deportiva para paseos y actividades náuticas, sobraderos, bancas, y vidrios en el suelo denominados “ventanas del tiempo”, que permiten apreciar la estructura antigua del muelle. Además, se dispuso un sistema de iluminación en las grúas y en el suelo con el objetivo de resaltar los elementos históricos del ex embarcadero.